
“A veces no sé si el mundo está regido por gente astuta que disimula o por imbéciles que actúan tal y como son”.
¿Vive usted en un país y un planeta gobernados por depredadores sádicos y despreciables? No se avergüence, esto nos pasa a muchos. Pero, para ser sinceros, tiene usted algunos problemas serios. Necesita recursos para salir adelante y proteger a sus seres queridos. Uno de estos recursos tan necesarios (junto con la solidaridad, la integridad y otras cualidades morales poco valoradas) es el humor. Cuando las cosas se ponen feas aún se puede reír, o al menor sonreír, para resistir y mantenerse firme. Si busca inspiración en el difícil campo del humor, pocas películas mejores encontrará que Goodbye, how are you? (Adiós, ¿qué tal?), un hilarante film-ensayo serbio que ilustra la dificultad de vivir como un ser humano presentable sin salir demasiado maltrecho del intento. Su enfoque es cómico, y resulta que esta perspectiva es no sólo original, sino también idónea para analizar la realidad que nos muestra.
“También hay personas honestas, pero ese es su problema”.
A primera vista, el film (titulado Do vidjenja, kako ste? en su lengua original) parece mostrar la Serbia emergida de la terrible guerra de Yugoslavia (1991-1999, y con conflictos menores hasta 2001), la mentalidad de sus habitantes y los estragos causados en su vida social, política y económica. A segunda vista, se entiende que las desgracias latentes o patentes en el film no son exclusivas de este país, sino que -por el carácter filosófico y reflexivo de la mirada con que se observan- podrían hallarse en cualquier otro país humano. Al fin y al cabo, los políticos corruptos y las sociedades devastadas están por todas partes.
“Hemos aprendido de nuestros errores y nos hemos perfeccionado con nuestras catástrofes”.
En vez de adoptar el tono afligido que su tema parece requerir, el film lo trata de un modo sorprendente: uniendo imágenes extrañas con una colección de aforismos satíricos y sarcásticos sobre la condición y la sociedad humanas. Lo mejor que cabe decir de esta original película es que, contra todo pronóstico, funciona, y muy bien. Lo que su director, Boris Mitic, ha llamado un “cuento de hadas satírico documental” y un crítico audaz ha calificado como “documental experimental-película de viaje-film ensayo comentario-oda al arte del aforismo”, es un espléndido film sobre las comunidades humanas y sus carencias, desastres y, lo peor de todo, sus políticos. Así que, si vive usted en un país gobernado por una pandilla de depredadores sádicos y despreciables y necesita inspiración para salir adelante con ayuda del humor, se le recomienda encarecidamente que le eche un vistazo. Tal vez no haya visto imágenes tan delirantes como éstas, ni oído aforismos tan desesperadamente divertidos.

El planteamiento está claro desde el principio. En el aspecto visual, una sucesión de imágenes absurdas y extrañas que reflejan la situación moral, social y política de Serbia y de cualquier otro país gobernado por los consabidos depredadores sádicos y despreciables. Vemos carreteras torcidas con líneas divisorias mal trazadas, cajeros automáticos reventados, personajes estrafalarios inasumibles para una sociedad normal y organizada, todo ello combinado con los desastres de la guerra: pueblos arrasados, iglesias quemadas, manifestaciones masivas violentamente disueltas por la policía. Las imágenes pueden ser metraje registrado por cámaras anónimas o tomas grabadas por el propio director, a lo largo de un viaje de dos años que hizo por su arruinado país. Además de las situaciones divertidas o reveladoras, son destacables las yuxtaposiciones del montaje, que crean efectos absurdos, surrealistas, poéticos, metafóricos.
“Amigo mío, ¡cuídate de la gente! Hay muchos que son exactamente como tú”.


Estas imágenes van acompañadas de una locución impasible, que recita aforismos humorísticos y satíricos. Antes de analizarlos, vale la pena mostrar unos cuantos ejemplos: “Un día, un gato negro pasó por delante nuestro; al día siguiente, el gato estaba muerto” (sobre la mala suerte que tienen algunos pueblos); “Es una vida de perros, pero los huesos están muy buenos”; “Algunos animales tienen características humanas. Los otros son los que me gustan”. Se trata, como puede apreciarse, de sentencias sobre la vida con un fuerte sentido del humor negro, incluyendo juegos de palabras y giros de pensamiento inesperados, en los que la intensa dosis de sátira no elimina el contenido humanístico y moral. Al contrario, lo que hace es añadirle complejidad, volverlo más denso. Se trata de una modalidad de pensamiento peculiar de Polonia y Serbia, que permite reflexionar sobre desastres con humor: uno de los pocos recursos dignos cuando es imposible transformar la realidad.
El aforismo satírico puede tener funciones subversivas, de crítica política y social, de consuelo resignado.
El aforismo satírico serbio es una forma popular, cultivada por todo tipo de personas observadoras e ingeniosas, y registrada en varios medios: periódicos, conversaciones, grafitis, manifestaciones… Puede tener funciones subversivas, de crítica política y social, de consuelo resignado. Surgió como respuesta a los regímenes totalitarios durante la segunda posguerra mundial, como una forma de alivio ante una realidad triste y desagradable de la que no era posible huir de otro modo. La crítica irónica del poder y de las “condiciones objetivas» proporcionaba un sentimiento de dignidad, de poder escapar por un momento de la represión policial.
Los aforismos satíricos ofrecían, y siguen ofreciendo, el antídoto perfecto contra la propaganda estatal, tan unívoca, tan carente de sentido del humor. En Serbia la tradición perduró, favorecida por las situaciones adversas: la larga dictadura de Tito, la guerra de los Balcanes, el bombardeo de la ONU, la profunda crisis económica, las sanciones internacionales, el déficit democrático. Hoy en día muchos países ofrecen condiciones óptimas para el cultivo de esta modalidad de pensamiento.

Mitić ha recopilado aforismos satíricos durante diez años, y los ha incluido como comentarios en su documental, estableciendo una relación simbiótica con las imágenes. Una voz en off masculina, con tono grave y pausado, los va enlazando sin respiro, en aparente desorden; pero los aforismos enriquecen e iluminan las imágenes, y se acaban integrando no sólo con ellas, sino entre ellos mismos, de forma que entretejen un texto significativo. Durante la hora que dura el documental se suceden los aforismos, atribuidos por la voz en off a un amigo que, fatigado, ha dejado ya de componerlos. Y durante esa hora el espectador, salvo que esté completamente desprovisto de sentido del humor, no para de reír, y comprende de repente el poder redentor de este humor condensado, satírico y subversivo. El ingenio serbio lo ha creado y lo ha mantenido para sobrevivir moralmente en una sociedad devastada.


Los aforismos hablan de:
-Corrupción política: “El Gobierno está ganando la batalla contra la pobreza. Nuestros ministros no paran de enriquecerse”; “Los políticos han prometido: ¡Viviremos mejor! ¡Y vaya si viven mejor!”; “Hemos cometido muchos errores. Por favor, arresten a los que nos votaron”; “El ministro se toma los fines de semanas libres. Es su contribución a la lucha contra el crimen organizado”; “Tan pronto como supo que recibía un sueldo triple, el ministro dedicó una partida a iniciar una investigación”; “El mejor gobierno es el que todavía no ha llegado, siempre que no llegue nunca”; “El enemigo bombardeó la residencia de nuestro presidente, pero cuando más lo necesitábamos, el presidente no estaba en casa”.

-Los estragos de la guerra: “Cuanto más larga es la guerra, más cerca está la paz”; “Queríamos que la guerra terminara lo antes posible. Por eso nos dimos prisa en empezarla”; “El enemigo volvió a sorprendernos. ¡Preveíamos que atacaría primero!”; “No teníamos ningún motivo para matarnos entre nosotros. Esto nos motivó todavía más”; “Es ridícula la acusación de que habíamos planificado un genocidio. Jamás planificamos nada”; “Con la llegada de observadores internacionales, el número de nuestros crímenes de guerra aumentó. Siempre nos ha gustado lucirnos ante los extranjeros”.

-Pobreza: “Los trabajadores cobran sueldos miserables. Afortunadamente, esto no pasa muy a menudo”; “La clase obrera es el esqueleto de nuestro sistema”; “Me encontré a mi profesor treinta años después. Lo reconocí por el abrigo”.

-Sociedad: “Hemos aprendido de nuestros errores y nos hemos perfeccionado con nuestras catástrofes”; “Es cierto que no morimos, pero es falso que aún estemos vivos”; “Todos estamos en la misma mierda, pero nosotros llegamos antes”; “El problema con los extranjeros es que no entienden lo que pasa en este país, y no es asunto nuestro resolver sus problemas”; “¡Amigo mío, cuídate de la gente! Hay muchos que son exactamente como tú”; “Nos preocupan mucho los jóvenes. Quieren robarnos el trabajo”.

-Historia: “No deberíais pensar sólo en vuestro pasado. ¡Fijaos en lo que os estamos haciendo hoy!”; “Lo peor no ha pasado. Lo mejor está por venir”.

-Represión: “Aplican la política del bastón y la zanahoria: primero nos pegan con el bastón y luego con la zanahoria”; “La policía disparó al aire. Murieron numerosos manifestantes voladores”; “Los manifestantes atacaban brutalmente, con las espaldas, a las porras de los indefensos policías”.

El conjunto es, pues, una meditación a fuerza de densos aforismos sarcásticos y satíricos que, combinados con las imágenes y el montaje surrealistas, crean una visión diferente sobre esa desastrosa realidad histórica. Si no se puede cambiar la realidad, al menos se puede cambiar la mirada. He aquí la profunda lección de este hermoso film.
Bajo el gobierno de los depredadores sádicos y despreciables, se requerirá acción, reflexión y -¿por qué no?- humor. Ningún dictador tiene sentido del humor. La comicidad, incluso en la forma amarga del sarcasmo y la sátira, más allá de la suave ironía, puede proporcionar un refugio y un arma, tal vez la honda de David frente a Goliat. Como Boris Mitic declara en una entrevista, “cuando ridiculizas al monstruo, pierde la fuerza subjetiva para sobrecoger y atemorizar. De modo que resulta más fácil relacionarse con él”.
Ahora que los bárbaros están a las puertas, conviene mirar esta película. Alguien en los Estados Unidos parece conocerla ya: es quien, en la noche de las elecciones, dijo que el primer muro que se levantará en América del Norte será el que separe a Canadá de su desdichado vecino del sur.
FICHA
Dirección y guión: | Boris Mitić |
País: | Serbia |
Idioma original: | serbio |
Localizaciones: | Serbia |
Duración: | 56 minutos |
Web: | http://dribblingpictures.com/sr/films/goodbye-how-are-you/ |
Película completa (VO serbia con subtítulos en inglés): | https://vimeo.com/53520884 |
Banda sonora de Pascal Comelade!