Este post es el primero de una serie dedicada a documentales sobre el movimiento LGTB y la lucha feminista. Síguenos para recibir las notificaciones de las nuevas entregas.
Cuando los trogloditas ocupan posiciones de poder en todo el mundo, es el momento de defender los derechos de todas y de todos.
“El celuloide oculto” (Celluloid Closet), Rob Epstein y Jeffrey Friedman, Estados Unidos, 1995
Sinopsis: Basado en un libro de investigación publicado en 1981 por el activista LGTB+ Vito Russo, este film repasa cómo el cine ha tratado, a lo largo de cien años, la homosexualidad masculina y femenina: normalmente negándola o disimulándola, pero también ridiculizándola o compadeciéndola, y también castigándola (allá donde se reconoce abiertamente, a menudo acaba en enfermedad y en muerte).
Gracias a esta investigación exhaustiva, el documental puede señalar y mostrar fragmentos de más de cien películas destacadas referidas de alguna manera a gays y lesbianas. Analiza no solo contenidos visuales y sonoros explícitos, de cuando la cuestión empezó a ser tratada abiertamente a partir de los años 90, sino también los subtextos, lo implícito y latente, pero perceptible, de los films anteriores. Además de los clips cinematográficos, la cuestión se aborda en entrevistas a personas norteamericanas relacionadas con la cultura y la homosexualidad, actrices y actores, como Shirley MacLaine, Tom Hanks, Tony Curtis, Susan Sarandon, Gore Vidal y Harvey Fierstein, entre otros.
Algunas de las películas más conocidas entre las incluidas al documental són: La fiera de mi niña (Bringing Up Baby, Howard Hawks, 1938), Rebecca (Alfred Hitchcock, 1940), El halcón maltés (The Maltese Falcon, John Huston, 1941), Días sin huella (The Lost Weekend, Billy Wilder, 1945), Gilda (Charles Vidor, 1946), La soga (Rope, Alfred Hitchcock, 1948), Los caballeros las prefieren rubias (Gentlemen Prefer Blondes, Howard Hawks, 1953), Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954), Rebelde sin causa (Rebel Without a Cause, Nicholas Ray, 1955), La gata sobre el tejado de cinc (Cat On a Hot Tin Roof, Richard Brooks, 1958), Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, Billy Wilder, 1959), Ben Hur (William Wyler, 1959), De repente, el último verano (Suddenly, Last Summer, Joseph L. Mankiewicz, 1959), Espartaco (Spartacus, Stanley Kubrick, 1960), Cabaret (Bob Fosse, 1972), Víctor y Victoria (Victor Victoria, Blake Edwards, 1982), Mi hermosa lavandería (My Beautiful Launderette, Stephen Frears, 1985), Corazón salvaje (Wild at Heart, David Lynch, 1990), Mi Idaho privado (Gus Van Sant, 1991), El silencio de los corderos (The Silence of the Lambs, Jonathan Demme, 1991), Tomates verdes fritos (Fried Green Tomatoes, Jon Avnet, 1991), Thelma y Louise (Thelma & Louise, Ridley Scott, 1991), Filadelfia (Philadelphia, Jonatahn Demme, 1993).
Películas posteriores que se podrían añadir al documental: Las horas (The Hours, Stephen Daldry, 2002), Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005), La vida de Adèle (La vie d’Adèle, Abdellatif Kechiche, 2013), Moonlight (Barry Jenkins, 2016).
Interés: Un muy buen documental que enlaza los fragmentos de la multitud de películas de modo fluido y sin interrupciones de la exposición. Muestra la creciente osadía de los directores a la hora de hacer explícito lo que las sociedades no aceptaban y querían mantener en los márgenes. El cine fue el arte más popular del siglo XX (¿aún lo es del XXI?), y es necesario estudiarlo no solo como reflejo de las mentalidades de cada momento, sino también como instrumento creador de actitudes. Los autores de este film ya habían abordado la cuestión homosexual en dos documentales anteriores premiados con Oscars: The Life of Harvey Milk y Common Threads: Stories From the Quilt, y repetirían con Paragraph 175 (ver a continuación).
“Párrafo 175” (Paragraph 175), Rob Epstein y Jeffrey Friedman, Estados Unidos, 2000
Sinopsis: Hace 85 años, el régimen nazi trató de erradicar la homosexualidad en su grotesca campaña por destilar una raza aria pura. Detuvo a más de 100.000 gays de familias cristianas y envió a entre 10.000 y 15.000 de ellos a campos de concentración. Párrafo 175 entrevista a algunos de los pocos homosexuales que sobrevivieron a la persecución de los nazis y seguían vivos en el momento de filmarse el documental: participan en él seis de los diez que seguían con vida a finales del siglo XX. El exterminio de los homosexuales por los esbirros de Hitler ha sido un tema muchísimo menos tratado en el cine y la literatura que la matanza de los judíos. Los testimonios de los hombres y mujeres que intervienen dan acceso a este episodio del Holocausto, espeluznante y muy a menudo omitido.
Nos enteramos de que, si bien Berlín era un paraíso para los homosexuales en los años 20 del siglo pasado, durante la República de Weimar -solo hay que pensar en la ambigüedad expresada por Marlene Dietrich en su vestimenta, y en los bares y cabarets de la época- un artículo del código penal redactado en el siglo XIX (el párrafo 175 del título) castigaba duramente la denominada sodomía.
Los nazis ampliaron aquel párrafo de modo que incluyera no solo la sodomía, sino también miradas y gestos, y cualquier denuncia o sospecha. Las lesbianas no fueron tan castigadas porque se consideraba que su “anomalía” era transitoria y corregible, y que eran imprescindibles para la reproducción de la raza. El documental sugiere que, si sobrevivieron 4.000 de los detenidos y enviados a campos de concentración, probablemente fue porque eran cristianos.
Los “desviados” fueron internados en campos tristemente célebres: Auschwitz, Buchenwald, Dachau y Mauthausen. Fueron sometidos a las cámaras de gas, a torturas y a experimentaciones médicas.
Tal y como explican los seis participantes, los homosexuales tuvieron que ocultar su condición como pudieron. Unos se casaron y tuvieron familias, otros se enrolaron en el ejército y otros, terminada la segunda guerra mundial, se establecieron en Israel.
Interès: Muy buen film que rescata un capítulo de la historia tapado por la homofobia dominante. Las víctimas homosexuales de los nazis no recibieron ningún reconocimiento, reparación o compensación del Gobierno alemán. Incluso se les dedujo de las pensiones el tiempo que pasaron en los campos de concentración. Este documental es una gran aportación para corregir tal olvido y maltrato.
“Word Is out: Stories of Some of Our Lives”, Mariposa Film Group, Estados Unidos, 1977
Sinopsis: Veintiséis hombres y mujeres gay estadounidenses se sitúan ante la cámara -¡en los años 70!- y declaran su condición de homosexuales, y su voluntad de ser reconocidos y respetados socialmente. Después de años de angustia por la agresividad y la intransigencia ambientales, de ocultar su naturaleza y de simular conformarse a la norma, estas personas decidieron hablar con sinceridad para reclamar tolerancia a la diversidad en una sociedad patriarcal y violentamente homogeneizadora.
Los participantes narran los traumas de descubrir que no respondían a los patrones familiares y sociales, de tener que vivir en la clandestinidad, del momento crucial de salir del armario, de su resistencia al desprecio de los clichés. Todas las intervenciones son alegres, generosas, de personas que han luchado por aceptarse y hacerse respetar tal y como son, y que tratan de ayudar a otras en una sociedad hostil.
Interés: Fue el primer largometraje documental sobre gays hecho por gays, y uno de los primeros que trató la homosexualidad como un hecho natural. Desmontó muchos tópicos mediante la sencilla estrategia de mostrar a las personas tal y como eran, en su diversidad y pluralidad humanas, y en su dignidad.
Este fue un film no solo importante y necesario, sino de un inmenso coraje. Se estrenó en 1977, cuando la homofobia era tan generalizada y considerada normal en todas partes que ni siquiera tenía nombre. Apenas ocho años después del primer estallido de orgullo gay en el Stonewall (ver a continuación), este film marcó un hito en la historia no solo de la lucha por los derechos LGTBI, sino de los derechos humanos. Hay que destacar la actitud positiva y vitalista de los participantes, que rehúsan las lamentaciones y los reproches. Con su valentía contribuyeron a cambiar el mundo y las mentalidades.
Uno de los directores es Rob Enstein, que posteriormente dirigiría los ya comentados Celluloid Closet y Paragraph 175.
“La rebelión de Stonewall” (Stonewall Uprising), Kate Davies y David Hailbroner, Estados Unidos, 2010
Sinopsis: En los años 60 el Stonewall, un bar sórdido en el West Village de Manhattan -paredes salpicadas de alcohol y ventanas tapadas con contrachapado-, era el único lugar de Nueva York donde las y los homosexuales podían reunirse y bailar en público. (¡Cómo debía ser el resto de Estados Unidos, salvo algún rincón de la costa californiana!) Entonces la homosexualidad era consideraba una enfermedad mental, y las relaciones físicas entre personas del mismo sexo eran ilegales en 49 de los 50 estados.
Era habitual que la policía hiciera redadas en los bares donde se reunían clandestinamente gays y lesbianas, evacuaran los locales y detuvieran a los propietarios. La noche del 28 de junio de 1969 la patrulla antivicio entró en el Stonewall con porras y amenazas, con la intención de cerrar el local y practicar unos cuantos arrestos. Ante su sorpresa, los concurrentes que estaban bailando presentó resistencia. Y con tanta convicción y contundencia que primero ahuyentaron a los seis policías incrédulos, y después plantaron cara a los refuerzos que llegaron en autocares. En ese momento ya se habían añadido a la revuelta muchas personas que inicialmente no estaban en el Stonewall.
Aquella acción de desobediencia ha sido considerado “el momento Rosa Parks” del movimiento LGTBI, señaló su inicio, por lo que tiene una gran relevancia histórica.
El film muestra como trasfondo del estallido abundante material televisivo sobre el violento clima homófobo que reinaba en Estados Unidos en los años 50 y 60: asistimos a una verdadera persecución en los medios de difusión de masas, con referencias a terapias de aversión, esterilizaciones, castraciones y lobotomías.
Interès: El documental entrevista a algunos de los presentes en el Stonewall, que recuerdan con orgullo (y asombro ante su propia audacia) aquella noche de revuelta. A pesar del escaso material disponible de aquella noche histórica -apenas un puñado de fotografías borrosas-, logra reconstruirla con rigor a partir de las entrevistas. Las palabras de un policía jubilado que cierran el documental son muy ilustradoras: “Sabías que estaban infringiendo la ley. ¿Pero qué clase de ley era esa?” He aquí el fundamento de la desobediencia civil.