Índice
Last Men in Aleppo (Siria): Sobrevivir y rescatar entre bombardeos
All Governments Lie (Estados Unidos): El necesario periodismo de investigación
The Woman and the Glacier (Lituania, Estonia): La sublime soledad de las cumbres
Esta es la primera entrega de una serie de reseñas sobre películas vistas en el Festival Docs Barcelona 2017.
Last men in Aleppo
Durísimo film sobre la existencia terrible de los civiles en Alepo, la segunda ciudad más poblada de Siria, bombardeada sistemática e implacablemente por la aviación de Bashar al-Assad y sus aliados rusos. Situada en el norte del país, muy cerca de la frontera con Turquía, Alepo fue entre 2012 y 2016 escenario de una batalla entre las tropas del régimen dictatorial de al-Assad (y su amigo Putin) contra la oposición formada por el Ejército Libre Sirio (FSA en sus siglas inglesas) y fuerzas vinculadas a organizaciones terroristas. Ambos bandos fueron brutales en sus acciones armadas, y quien pagó su brutalidad fue la población civil, blanco de tiroteos y bombardeos. Los habitantes de Alepo tuvieron que optar entre permanecer en una ciudad asediada, arriesgando la vida en cada instante, o huir hacia Turquía (que ha cerrado sus fronteras y ha llegado a un acuerdo con la Unión Europea para hacer de barrera y frenar el movimiento de desplazados) o embarcarse hacia las islas griegas y hacia la nada. Ya no se sabe qué es el fuego y qué las brasas.
Hace ya tiempo que los opositores a Al-Assad abandonaron Alepo o murieron, pero los bombardeos han continuado. La situación lleva a pensar en aquellos versos del Rey Lear shakespeareano: “Somos para los dioses como las moscas para los niños traviesos: Nos matan para divertirse”; si sustituimos dioses por asesinos obtendremos una descripción precisa de lo que sucede en Alepo.
Last men in Aleppo muestra la vida de algunas personas que han decidido quedarse. Concretamente, los llamados “Cascos Blancos”, una organización de civiles -la mayoría ex estudiantes y trabajadores de la construcción- que han asumido la tarea de asistir a los lugares bombardeados para intentar salvar tantas vidas como les sea posible y rescatar a la gente atrapada entre los escombros de los edificios, o al menos recuperar los cadáveres. Aún más concretamente, sigue a tres cascos blancos: Khaled, Subhi y Mahmoud, que fueron unos de los fundadores de la organización. La cámara los muestra en su dramático día a día, mirando al cielo cuando oyen el ruido de los motores sobrevolándoles, expectantes ante el bombardeo inminente. Cuando este se produce, de manera aleatoria, en cualquier punto de la ciudad, en cualquier edificio, se lanzan en un jeep desvencijado hasta el lugar donde ha impactado el proyectil y apartan los cascotes como pueden en busca de supervivientes: a veces con las manos, otras con una excavadora. En ocasiones sacan a personas vivas; en otras sacan cadáveres. Vemos en primer plano como llevan en brazos a niños muertos, la cabeza colgando sin fuerza hacia atrás, los miembros suspendidos. Es aterrador, horrible. Entre los derribos hallan miembros separados de los cuerpos, pies, brazos, piernas. Un padre transporta a su hijo muerto. A otro, una bomba le mata a tres en un instante.
El agotamiento moral y emocional de los cascos blancos es enorme. Después de cada una de sus intervenciones necesitan fumar un cigarrillo, explicarse unos a otros a cuántas personas han podido salvar, cuántos muertos han sacado. Tratan de aferrarse a los vivos rescatados, pero lo que más les marca son los muertos que han transportado en brazos.
El film registra algunas conversaciones entre los tres salvadores, en los tiempos muertos y expectantes entre bombardeo y bombardeo. La desesperación y la desesperanza los aplastan. Se preguntan dónde están sus hermanos árabes, por qué los dirigentes de los países vecinos no toman cartas en el asunto. Uno de ellos dice que todo el mundo se ha unido para bombardearlos. En un momento ven por televisión cómo compatriotas y conciudadanos malviven en campos de refugiados, cerca de la frontera turca, sin ninguna asistencia.
En los 100 minutos de metraje hay escasa evolución argumental. Se repite el círculo infernal: bombardeo, extracción de vivos y muertos de entre los escombros, aflicción, bombardeo. La rueda de Ixión, la roca de Sísifo, el águila que devora cada día las entrañas de Prometeo. Durante el tiempo de proyección, el espectador puede experimentar, en una dosis mínima, el desgaste anímico que desde hace cinco años mina a los habitantes de Alepo supervivientes. Sí hay un desenlace parcial: uno de los tres cascos blancos es asesinado por una bomba. Sus amigos lo llevan en volandas, entonando cantos religiosos. No sabemos si la religión islámica les ayudará a aceptar las atrocidades que se están cometiendo contra ellos.
El film está muy bien hecho, tiene buena fotografía y una estructura coherente. Incluso en las situaciones más terribles y aberrantes la dignidad del cine de realidad sigue consistiendo en ofrecer un testimonio serio, respetuoso con las víctimas y con los espectadores.
Otro film sobre Siria en este blog: Aguas plateadas. Autorretrato de Siria.
All Governments Lie
Documental dedicado al periodismo independiente de investigación, una fuerza ya no solo necesaria sino imprescindible en nuestra era de grandes conglomerados de comuniacción y de tergiversaciones continuas en los medios oficiales. Es sabudo que existe una creciente acumulación de medios en manos de unos pocos grupos de intereses, que les hacen transmitir lo que les conviene. La rpoliferación de canales de televisión no implica que haya diversidad y pluralidad informativa: al contrario, la mayoría de medios escribe al dictado de sus propietarios, sin interponer ningún filtro crítico, sin verificar y contrastar las fuentes. Como dice uno de los participantes en este film, “solo hay dos tipos de periodista: los que se preocupan por lo que hacen y los que no. La mayoría no se preocupan”. La mayoría se contenta con mantener su puesto de trabajo sin molestar a nadie poderoso, y se limita a ahercer de caja de resonancia de los mensajes que le dan ya elaborados desde los puestos de dirección. En el film se muestra que los medios dominantes (mainstream) estadounidenses se han convertido en el medio de propaganda del Gobierno y de los grupos de poder empresariales.
La situación no es nueva: Noam Chomsky y Edward S. Herman la denunciaban ya en 1988 en su estudio Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media, que fue adaptado a formato documental, con el mismo título, en 1992. Pero se ha agravado hasta extremos impensables en la época de la post-verdad, en la que ya no hay responsabilidad por la mentira pública y la tergiversación. Así lo ha entendido el periodista y cineasta candiense Fred Peabody, que hace unos años decidió establecerse como independiente en vista de que los medios en los que haíba trabajado hasta entonces se iban convirtiendo en instrumentos de difusión ideológica y fuentes de entretenimiento.
Su idea inicial para este film era hacer una biografía de I. F. Stone (1907-1989), un periodista que luchó por publicar la verdad sobre las diversas situaciones en que estaba involucrado el Gobierno estadounidense, y que por este motivo tuvo que abandonar los medios oficiales y escribir y editar entre 1953 y 1971 un boletín semanal independiente, el célebre I. F. Stone’s Weekly, un referente para toda la profesión periodística porque en sus páginas se combatía desde la discriminación racial extendida por el país hasta la violenta represión totalitaria que significó el macartismo. Peabody deseaba captar el espíritu de Stone como testigo e inspiración para las nuevas promociones de periodistas. Después se dio cuenta de que el mensaje resultaría muy enriquecido si mostraba a los Stone actuales, los periodistas independientes que arriesgan su trabajo y su vida para sacar a la luz la verdad, a pesar de todas las coacciones y amenazas. Así, All Governments Lie combina la evocación de la figura de Stone con las entrevistas a muchos de los más destacados periodistas estadounidenses que hoy mantienen vivo el ideal de su oficio como contrapoder ético y responsable.
Muchos de los entrevistados son figuras reconocidas en el ámbito del periodismo independiente norteamericano. Amy Goodman, desde 1996 editora y presentadora del noticiario radiofónico, televisivo y online Democracy Now!, una vía principal de información responsable y contrastada; Jeremy Scahill, informador de conflictes tan sangrientos com los de la antigua Yugoslavia, Afganistán, Irak y Somalia, así como cofundador y editor del medio de noticias online The Intercept (Scahill ya ha aparecido en este blog, en Dirty Wars); Glenn Greenwald, también cofundador y editor de The Intercept, periodista y abogado, el hombre que llevó la investigación y la revelación de las informaciones proporcionadas por Edward Snowden sobre vigilancia secreta estatal (Citizen Four); Matt Taibi, periodista de la revista Rolling Stone, el único en este film que trabaja en un gran medio, y que aun así ha preservado su independencia; John Carlos Frey, director de documentales dedicado a descubrir la brutalidad de la vida en la frontera de Estados Unidos y México, las violaciones del derecho laboral que comete su propio país, y cuyos métodos de trabajo le llevan a localizar fosas comunes en Texas; Chris Hedges, quien documentó las atrocidades cometidas por el ejército estadounidense en la invasión de Irak; Ana Kasparian, presentadora y productora de The Young Turks, el programa de noticias online más visto del planeta; Tom Engelhardt, periodista, profesor y analistade medios; el famoso realizador Michael Moore, no tan admirado aquí como los demás participantes en este film debido a su desmedido afán de protagonismo, que le lleva a convertirse en showman de sus películas, y a presentar como espectáculo el análisis de cuestiones graves, de manera que no contribuye a crear un segmento de ciudadanía crítica. Y toda una serie de jóvenes periodistas que están iluminando diversos aspectos omitidos en los medios dominantes: imperialismo y globalización neoliberal, racismo, abandono de Nueva Orleans después del paso del huracán Katrina… En definitiva, todo lo que la industria del entretenimiento y la propaganda encubierta desean expulsar de los noticiarios, convertidos en shows.
El testimonio de estos periodistas independientes es respaldado por la opinión de analistas exteriores a la profesión, como el incombustible lingüista e intelectual Noam Chomsky, y el veterano Carl Bernstein, uno de los dos reporteros que en 1972 hicieron estallar el escándalo del Watergate.
Una visión panorámica del periodismo independiente, hoy más necesario que nunca como recurso para mantener una sociedad civil crítica, activa y rebelde, que no se deje oprimir por las estructuras de poder autoritario cada vez más extendidas por todo el planeta. Se trata de una tarea colectiva basada en la fiabilidad y la credibilidad, encaminada a la difícil y lenta construcción de un mundo más ético.
Es de desear que alguien haga un film similar sobre periodistas centro y sudamericanos -tan a menudo asesinados cuando se vuelven molestos-, europeos, asiáticos y africanos. Están luchando contra la violencia y la corrupción en nuestro interés.
Otros films sobre sociedad civil crítica estadounidense en este blog: The People Speak y The People Speak (2).
Otros films sobre periodismo independiente en este blog: Citizenfour y Dirty Wars.
The Woman and the Glacier
Hermoso film poético centrado en la científica lituana Aušra Revutaite, que ha vivido treinta y dos años en la cordillera de Tian Shan, en Asia Central (entre el Kazajstán, el Kirguistán y la región china de Xinjiang). No se trata de un documental informativo, casi nadie habla, no se ofrecen datos de ningún tipo ni se argumenta nada. Se muestra la vida de un ser humano en un paraje de soledad extrema, a 3500 metros de altitud, con la única compañía de un perro, Atlas, un gato y libr. Revutaite estudia el cambio climático tal como se registra en la evolución del glaciar Tuyuksu, desde un refugio-observatorio creado en la era soviética. Ha elegido una vida de soledad y silencio, serenidad y contemplación, en un espacio montañoso impresionante: altas cumbres rocosas, vertientes cubiertas de hielo, pasos subterráneos por donde circulan ríos entre minerales resplandecientes. El azul del cielo es más claro, el viento se siente como una presencia invisible, las rocas son inapelables en su dureza, las aristas de las crestas se recortan inaccesibles contra el azur.
La existencia pausada y consciente de la científica se muestra a través de una acertada cinematografía. El director, el lituano Audrius Stonys, muestra el mundo de Revutaite a través de planos fijos y planos secuencia, imágenes prolongadas y minuciosas, ininterrumpidas, que consiguen captar el tiempo geológico de las montañas, muy superior al humano, inconmensurable con la precipitación angustiada del mundo moderno. Cinematografía, espacio natural y vida serena (de la científica) se fusionan para crear este film poético pausado, delicado, trascendente. Poético, por supuesto, no significa afectado ni pintoresco: no hay ni una imagen de postal, “bonita” en un sentido fácil y barato.
Los planos de la vida en las alturas tienen como contrapunto extraño e intrigante los de un hombre que toca un instrumento de cuerda tradicional al lado de una carretera. ¿Qué pretende significar el director con estos cortes? No queda claro, el espectador debe intuirlo, más que razonarlo. Más obvio resulta el final, en el que un memo asciende con un todoterreno a uno de los montes de la cordillera sin sentir ningún respeto por el entorno, gritando y haciendo números: el contraste con la actitud respetuosa, de silencio reverente, de Revutaite no podría ser más marcado. El hombre bárbaro, aliado con la tecnología, ha profanado el espacio sagrado de la montaña, del mundo natural.
Otra interpolación consiste en imágenes de archivo, metraje en blanco y negro, de antiguas expediciones a la misma cordillera, y de científicos de otros tiempos en el mismo observatorio. La yuxtaposición de imágenes en color actuales y de las antiguas origina la sensación de diferentes capas de tiempo superpuestas en un mismo escenario, como sedimentaciones geológicas.
Lo que permanece en la memoria son las sobrias, serenas imágenes de las vertientes abruptas, roca pelada sin vegetación, de las varias configuraciones del hielo y del agua líquida, del sereno azul celeste, del rostro de Revutaite, trabajado por el tiempo como la roca, y como este film espléndido.